Frank Sulloway, psicólogo estadounidense, explica que el lugar de nacimiento condiciona la forma en que los niños se relacionan con su primer entorno, que es el más importante y definitorio y que los marcará en el futuro.
Son líderes, autoritarios, independientes, ambiciosos y fuertes.
Los hijos que nacen en segundo lugar, llegan a rivalizar directamente con el primero, por lo que los segundos deben poner en marcha todo su ingenio, recursos y creatividad para ganar su propio lugar.
Los úlltimos hijos crecen con una sensación de libertad y eso puede convertirlos en un verdadero dolor de cabeza, o por el contrario en personas creativas, sensibles, abiertas, espirituales y auténticas.
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