Esta combinación causa complicaciones severas que deterioran en un mayor porcentaje a las personas diabéticas.
En un principio, es difícil detectar este trastorno porque no hay señales concretas que lo delaten, como evitar los alimentos, vómito o ejercicio excesivo.
La combinación de un trastorno alimenticio con diabetes causa riesgos doblemente severos en el paciente.
Se puede contar con especialistas que auxilien al psicólogo, como un psiquiatra, endocrinólogo y trabajador social.
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