En los últimos años se ha vivido un incremento en los índices de violencia en todos los niveles, incluso entre los niños y adolescentes, mediante el bullying, que es como se le llama al acoso físico, verbal y psicológico que cometen los menores de edad entre sí y que se da, principalmente, en las escuelas. Para evitar que los niños se conviertan en acosadores de sus compañeros o en cómplices de los acosadores, es importante educarlos con base en el respeto hacia sí mismos y hacia los demás. Para ello, más que regaños, sermones y castigos, es necesario inculcarles la empatía, esta es la mejor forma de contrarrestar la violencia. ¿Qué es la empatía?La empatía es la capacidad que nos permite observar lo que la otra persona siente y ponernos en sus zapatos. Se trata de ser receptivo a las emociones de las personas que nos rodean y tener la capacidad de identificarlas a través de sus gestos y palabras; comprender y apreciar la situación sin juzgar. Si bien es cierto que tenemos una empatía innata, que se ve claramente cuando el hermano mayor llora y el hermanito de apenas unos meses llora también, ésta forma parte del aprendizaje social que se va desarrollando y fortaleciendo a lo largo de la vida. Otro aspecto que también es importante mencionar es que la empatía no se relaciona solamente con el descubrimiento y entendimiento de las emociones del prójimo sino también con nuestra propia sensibilidad en relación con esas emociones; así, se espera que por ejemplo si un amigo nuestro está triste y llora, sintamos la necesidad de consolarle. Etapas del desarrollo de la empatía
¿Por qué queremos niños empáticos?Lejos de ser destructivo, un niño que practica la empatía es capaz de construir relaciones sanas y sólidas. Los científicos han demostrado que los niños que desarrollan empatía son más felices, tienen mejores relaciones sociales, son mucho más resistentes ante el estrés y tienen mejor desempeño académico. Los niños empáticos se convertirán en adultos responsables, sanos, respetuosos y compasivos. Si los padres fomentaramos fuertemente esta virtud desde casa y desde que los niños son muy pequeños se tendría una sociedad menos violenta, más igualitaria y contenedora; por ello es tan importante que tal cambio empieza con los padres y luego reforzar esa virtud en la escuela, con los maestros y compañeros. Consejos para fomentar la empatíaDe acuerdo con un informe publicado por la Universidad de Harvard sobre la manera en que empatizan los niños en las sociedades occidentales del siglo XXI, muchos de los valores que los infantes adquieren a través de sus padres los llevan a poner la satisfacción personal por encima del bien común y del cuidado del otro, lo cual significa que no se les educa en la empatía. Para inculcar y fomentar la empatía en los niños, sigue estos consejos que puedes aplicarlos en tu convivencia diaria con ellos y, ya que el diálogo es fundamental, también te ayudará a conocerlos mejor y saber cuáles son sus emociones y necesidades. 1. Da ejemplo. Más que con palabras, los niños aprenden a través de tus acciones. Para ellos tú eres su modelo a seguir. Así que, si ven que eres empático, tolerante y respetuoso con los demás, ellos desarrollarán esa misma conducta. Compórtate como la persona que te gustaría que fueran tus hijos. 2. Sé empático con ellos. Crea una relación de confianza y respeto, muestra interés en sus emociones y sé comprensivo con ellos. Pregúntales cómo se sienten, cómo les va en la escuela y en sus actividades, pon atención a sus respuestas y hazles saber que su sentir es importante para ti. 3. Enséñalos a ser compasivos, solidarios y compartidos. Muéstrales lo gratificante que es ayudar a otros y enséñales a mostrar compasión ante las desgracias ajenas. También dales el ejemplo para ser compartidos, ya sea al prestarle sus cosas a sus hermanos o amigos, o al donar parte de sus juguetes, ropa y pertenencias a otros niños que los necesiten. 4. Presta atención a sus sentimientos y no les juzgues por ellos. Es importante que los padres evitemos los juicios de valor como "deja de llorar por tonterías" y más aún cuando usamos la violencia en la clásica frase de "te voy a dar verdaderos motivos para que llores". 5. Es esencial enséñarles a gestionar sus emociones. Según el informe de Harvard sobre la empatía infantil, los niños que no la demuestran no carecen de ella sino que presentan alguna emoción que la bloquea como enojo, vergüenza, frustración, tristeza o envidia. Es importante que mantengas una buena comunicación con ellos para que sepas cómo se sienten y les puedas ayudar a reconocer, aceptar, entender y liberar sus emociones. 6. Enséñales a ser responsables de sus acciones. Es importante que los niños sepan que sus decisiones y acciones, buenas y malas, tienen consecuencias y que deben hacerse responsables de ellas. Conversa con ellos sobre la importancia de que sus actos sean benéficos para ellos mismos, su familia, amigos, compañeros y la sociedad en la que viven. 7. Ponles límites. De la mano del punto anterior, es necesario que los niños dejen de pensar que el mundo gira en torno a ellos y que sepan que no siempre pueden hacer u obtener lo que desean. Explícales que esto se debe a que existen límites que deben respetar y que no deben afectar a otros a costa de obtener lo que quieren. Así tendrán mayor conciencia de sus actos y palabras, y de la forma en que éstos inciden en la vida de los demás. 8. Haz que se pongan en el lugar de los otros. Aprovecha situaciones reales o imaginarias (como las que ocurren en las caricaturas y películas que ven) para preguntarles cómo se sentirían si les ocurriera lo mismo. Por ejemplo, si se pierde el perro del vecino, puedes preguntarles cómo creen que se siente eso y como se sentirían ellos si su perro se perdiera. Además, pueden pensar juntos en opciones para ayudar a encontrar a la mascota perdida o para hacer sentir mejor a su dueño. 9. Enseñar a tu hijo a ser empático puede ser un proceso largo, así que prepárate para enseñar esta habilidad una y otra vez. Fuentes: |