Como el Asperger no desaparece, la clave es la intervención temprana, ofrecer a los pacientes una vida independiente o que con el paso de los años sepan manejar las situaciones que les ocasionan ansiedad, porque al crecer se topan con que no los comprenden, y esto los lleva a un aislamiento y estrés. Lo ideal es que en la terapia se tomen en cuenta las capacidades lingüísticas del menor, su falta de habilidades no verbales, su dificultad en la comunicación y comportamientos estereotipados, describe Dávalos. "Es muy importante incluir las habilidades de socialización, ya que hasta la edad adulta tendrán problemas serios en todos los ámbitos donde se desarrolle, así como la terapia cognitivo-conductual para el manejo de las situaciones que les provoquen estrés y ansiedad, con las cuales lidiarán por el resto de su vida". En ocasiones, como en algunos momentos depresivos o de ansiedad, requerirán de medicación prescrita por el neurólogo o psiquiatra infantil. Fuentes: María Silva. Agencia Reforma |
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