Los sonámbulos tienden a volver a la cama por iniciativa propia y a la mañana siguiente no recuerdan haberse levantado por la noche. En un episodio de sonambulismo el niño es dócil, por lo que acepta que le impidamos seguir con su actividad y llevarlo a la cama. Debemos también tomar algunas precauciones para que no se haga daño, como tener despejado el piso de la habitación; libre de juguetes o cualquier otro objeto con el que se pueda tropezar al caminar dormido. Instalar un cierre de seguridad en las ventanas de su cuarto y en aquellas que se tenga acceso a una terraza, es prudente que en éstas últimas además del cierre de seguridad poner por delante algún objeto que no pueda desplazar, asi se impide que se golpee con el cristal. El niño no debe dormir en una cama litera y se debe cuidar de que no tenga acceso a gradas o escaleras. No olvidar cerrar bien la puerta de la calle y no dejar las llaves puestas. Si te das cuenta que se ha levantado, no debes sacudirlo ni tratarlo como un enfermo; tranquilamente llévalo a acostar; si te asustas y le hablas de manera exaltada lo puedes despertar y se sentirá desorientado y asustado por lo que no querrá volver a dormirse. Fuentes: |
¿Cómo sabemos si el niño es sonámbulo? | Cuando ir al médico y cómo vencer el sonambulismo