Mientras dormimos por la noche, no todo el sueño es igual, existen varias fases que se dividen en sueño profundo y tranquilo, y sueño activo, que es cuando soñamos. A las tres o cuatro horas de que el niño se ha dormido, esto es cuando ha entrado en fase de sueño profundo se presentan los episodios de sonambulismo, por esta razón es que el niño no se despierta. Podemos identificarlo cuando sus acciones son incompletas, carecen de sentido como por ejemplo buscar un juguete en el refrigerador, intentar comerse algo sin destaparlo o tomar su mochila para irse a la escuela. Tiene una expresión facial ausente y aunque tiene los ojos abiertos, su visión no es buena, por eso se tropieza con facilidad, calcula mal las distancias e ignora tu mano si la pasas por delante de sus ojos para saber si te ve. Ante un episodio de sonambulismo el niño también puede hablar o gritar, estar de pie o sentado en la cama; jugar con su ropa, circular por la casa, abrir y cerrar puertas, vestirse o desvestirse, apagar o encender luces, moverse con poca coordinación o hacer desplazamientos muy rectos, algunos incluso se salen de la casa y si le preguntamos es incapaz de responder de forma lógica. Si se le despierta se muestra confuso y desorientado, en algunas ocasiones su comportamiento es agresivo. Fuentes: |
Sonambulismo y sus causas | ¿Qué debemos hacer si el niño es sonámbulo?