Las investigaciones realizadas en los últimos treinta años desechan la idea que tenemos sobre que el bebé no aprende mientras está en el útero, creemos que la mayor parte del tiempo se la pasa dormido. Gracias a múltiples estudios sabemos que durante el tiempo que está en el vientre de su madre, el bebé aprende, memoriza y reconoce. Desde el embarazo se inician algunos procesos neurológicos que le permitirán al feto pensar y recordar, esto ocurre sobre todo a partir de los cuatro meses y medio, en el momento en que la neurogénesis da paso a la sinaptogénesis. Por ello las influencias externas especialmente las de mamá son muy importantes en esta fase. Lo que comes, al acariciar tu vientre, al hablarle o escuchar música son fuentes de aprendizaje para tu hijo, incluso cuando piensas en él ya es una manera de comunicarse porque se siente querido, seguro, ya que se sabe en el último trimestre de embarazo existe una rudimentaria forma de autoconciencia. Thomas Verny en su libro "La vida secreta del niño antes de nacer", nos dice: "al crear un entorno cálido en el útero, la mujer puede lograr una diferencia decisiva en todo lo que su hijo sentirá, esperará, pensará y obtendrá a lo largo de su vida". En cambio cuando los bebés no son deseados se vuelven más nerviosos y se mueven más. Fuente: |