Un hogar feliz es el resultado de una familia unida y espacios armoniosos. Por lo tanto, cada miembro de ella tiene la responsabilidad de cuidar de su casa y en conjunto aportar un granito de arena en las tareas domésticas. Todos podemos contribuir de acuerdo con nuestras capacidades, desde mamá y papá, hasta los más pequeños del hogar. ¡Manos a la obra! Enseñar desde pequeños En algunas familias, principalmente de épocas anteriores, se creía que las mujeres eran las únicas que debían y podían hacerse cargo de la limpieza y mantenimiento de sus hogares, por lo que sus parejas e hijos eran ajenos a estas labores. Hoy por fortuna las costumbres han cambiado y se nos motiva a enseñar a nuestros hijos desde que son pequeños la importancia de su ayuda en casa. Cabe destacar que los beneficios de este ejercicio diario van más allá de aminorar la carga de trabajo a los padres, pues impactan en la autoestima del pequeño y les enseña valores como el trabajo en equipo, el compromiso y la responsabilidad. Además de que crecen con mayor independencia y autosuficiencia. Por otra parte, delegar tareas a nuestros hijos, les demuestra que tenemos la confianza suficiente en su capacidad para realizarlas y que sus acciones son útiles y valoradas. No subestimemos a nuestros pequeños ni seamos un obstáculo en su crecimiento, pues por más difícil que a nosotros nos parezca cierta labor, para ellos es todo un reto y seguro podrán llevarla a cabo. Tareas para cada uno Desde hacer la cama y recoger sus juguetes, hasta vestirse solos y poner la mesa. Todo dependerá de su edad, su ritmo de desarrollo y su capacidad real (como problemas físicos, motrices o algún retraso), pues no podemos pedirle a nuestro pequeño de 2 años que haga lo mismo que uno de 4. Para orientarnos de mejor manera, te dejamos un breve listado de las actividades adecuadas para tus hijos dependiendo de la edad que tengan: De 2 a 3 años
De 4 a 5 años
De 6 a 7 años
De 8 a 9 años
De 10 a 11 años
Más de 12 años
Tips extra para lograrlo: Recuerda que las actividades mencionadas anteriormente son sólo una guía y son progresivas. Es decir, un niño puede ser capaz de hacer algunas cosas más avanzadas de las que su edad dicta, mientras que otro puede tardar un poco más. Todo depende de su ritmo de aprendizaje, su motivación y sus habilidades. Evita exasperarte y forzarlos negativamente si no hacen sus actividades tal como tú quisieras. La paciencia y enseñar con el ejemplo son la clave. Asimismo, exprésales siempre tu gratitud y tu orgullo. Elogia sus acciones y de vez en cuando puedes darles un pequeño premio por su esfuerzo, como una salida al parque o un rico helado. Fuentes: Autor:Alejandra Núñez. L.C.C. |