Hoy recurrimos más a la psicología para entender el por qué de nuestras conductas, cómo nos relacionamos con los demás y para quienes tenemos hijos, sus comportamientos, más aún cuando son pequeños. Si tienes un hijo pequeño; lo más probable es que una de las acciones que se repita a menudo es que se chupe su dedo, y para esto también la piscología nos da una explicación. Primero que nada debemos saber que muchos bebés y niños se chupan los dedos pulgares incluso cuando todavía están en el vientre materno. Es fisiológico y es un signo de madurez de su desarrollo psicomotor que puede considerarse normal hasta cierta edad. A partir de la decimosegunda semana de gestación, el bebé empieza a realizar este gesto y este hecho se ha podido confirmar cuando se realiza una ecografía durante el control prenatal. Cuando el bebé nace y activa este reflejo, se pueden producir dos tipos de succión: Tipos de succiónSucción nutritiva Se produce cuando el bebé se prende al pecho de la madre y comienza a succionar la leche materna de una forma activa, acompasada y vigorosa con el objetivo de obtener su alimento y saciar su necesidad de hambre. Succión no nutritiva Se da cuando al terminar de alimentarse, se queda pegado al pecho de la madre y observamos movimientos de succión más débiles, superficiales y puede quedar hasta dormido(a) en ese instante. En ese momento no está extrayendo leche, por eso se le llama no nutritiva, aunque en realidad sí nutre su parte afectiva, ya que ese tipo de succión lo provee de muchas sensaciones que necesita como son contención, calma, tranquilidad, placer y seguridad. Esta succión no nutritiva que le proporciona placer y consuelo la necesita conseguir de alguna forma y si no lo hace con el pecho de la madre, lo va a hacer con sus manos dentro de su boca, por lo general, con el dedo pulgar o con un chupete. José Luis Pedreida, psiquiatra del Hospital La luz en Madrid nos explica que la boca es el principal órgano sensorial del recién nacido, a través del cual se alimenta, se comunica con su entorno (llanto), conoce su propio cuerpo y recibe placer, por eso a esta etapa se le llama oral y puede llegar hasta los 2 años de vida. Chuparse el dedo puede hacer que los niños se sientan seguros y felices o bien cuando están cansados, hambrientos, aburridos, estresados o tratando de calmarse o dormir. Los psicólogos indican que esta acción "Desempeña un papel en la vida de nuestros pequeños a nivel emocional y es normal que les cueste dejarlos". La mayoría de los bebés y pequeños se succionan el dedo durante el primer año como reflejo y que con los años se convierte en un hábito entre los 5 a 6 años. Por su parte, Donald Woods Winnicott, pediatra, psiquiatra infantil y psicoanalista inglés, quien fue el primero en estudiar este comportamiento y lo llamo "objeto transicional", que aparece cuando se empieza a separar al bebé de la madre y ejerce una acción de mediador simbólico de la presencia materna durante su ausencia. El Dr. Winnicott también considera que ese "objeto transicional" puede ser también un peluche, es decir, cualquier objeto que le dé seguridad y confianza al niño mientras su madre está ausente. Sí esta acción de succionarse el dedo persiste a una edad superior a los cinco años, según la psicología ya tiene un significado diferente. Y en relación a esto la profesionista Cristina Zárate, miembro de Psicólogos Pozuelo aseguró: "Es posible que se esté transmitiendo un mensaje de que hay un problema emocional". Si tu hijo ya está más grande, a menudo dejan de hacer esto debido a la presión de los compañeros en la escuela. Pero si tu hijo se siente presionado a parar, es posible que quiera chuparse el dedo aun más, en este caso es importante que sepas que lo hace para calmarse y consolarse. Además, a una edad avanzada, puede traer varias consecuencias como:
Entre los consejos que dan desde la psicología para que dejar que se succione el dedo están:
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