A los 20, 24 tal vez 26 o quizás hasta pasados los 30, ¿Cuál es la mejor edad para que los hijos dejen la casa paterna; abandonar el nido para comenzar una vida en la que atiendan sus propias necesidades y respondan por sus obligaciones? Se han hecho encuestas a los padres para saber¿ a qué edad consideran que sería la ideal para que sus hijos se fueran de casa?, algunos opinan que los 24 pero otros creen que a los 26 porque a esa edad ya tienen independencia económica. Factores Para establecer esos rangos se toman en cuenta varios factores como el carácter y personalidad del joven, la forma en que ha sido educado y el factor económico. Se dice que en promedio, los jóvenes se van a los 20 años de edad de su casa, sin embargo, a más alto estrato socioeconómico esto ocurre a mayor edad, porque esperan terminar la carrera antes de partir. Otro factor y muy importante para que nuestros hijos se animen a valerse por si solos es nuestra madurez, si la de los padres; que en ocasiones no está lo suficientemente desarrollada como para dejarlos ir; sobre todo ante circunstancias como estar solos por separación o viudez . En otros casos simplemente en nuestra mente no crecen y así tenemos hijos sobreprotectores con más de 30 viviendo en casa. Actitudes Los seres humanos pasamos por etapas que deben vivirse para lograr un equilibrio integral; y una de esas etapas es la madurez, tiempo en la cual se toman este tipo de decisiones. Si nosotros como padres coartamos ese seguir de la vida, en lugar de beneficiarle nos encontraremos con hijos que a pesar de haber culminado sus estudios o, incluso, obtener su primer empleo, se niegan a abandonar el nido paterno para iniciar una nueva vida de modo independiente. Aunque nos duela y nos cree incertidumbre debemos tomar la decisión de pedirle se independice y apoyarlo en ese nuevo proceso. Desde luego vivir solo no va a ser fácil al principio, sobre todo si el muchacho estaba acostumbrado a múltiples comodidades como sus tres comidas diarias; aseo de su recamara, tener siempre ropa limpia y además pagar sus cuentas; pero es algo que definitivamente se tiene que dar, de lo contrario el resultado será una complicada situación de codependencia en la que por un lado el hijo diga: "si toda la vida lo he tenido todo, ¿para qué preocuparme por tratar de salir de esta zona de seguridad?". Y por el otro lado los padres al justificar esa salida en comentarios como "¿Qué va a comer si se va de la casa"? o ¿Para qué va a pagar una renta si aquí lo tiene todo?". Estas actitudes, tanto de un lado como de el otro crea desesperanza y conformismo por lo que se requiere un cambio radical. |