Un labrador había
terminado un día de sembrar su campo y volvia ya hacia su casa porque se estaba haciendo de noche; y en eso vio en medio de su tierra un montón de carbones
encendidos. Se acerco muy extrañado, y encontro un diablillo negro sentado encima de los carbones. ¿Estas sentado encima de un tesoro? -Le preguntó el labrador. Llegó la época de la cosecha y el diablo apareció a recoger su parte, pero no encontro en aquel campo mas que las hojas amarillas y marchitas. El labrador en cambio se puso a cavar y sacó muchos nabos muy hermosos. -Bueno esta vez me ganaste- dijo el diablo- Pero en adelante no te vas a burlar de mi: me quedare con lo que nazca debajo de la tierra y tu con lo de encima. Llego la época de la siembra y el labrador en lugar de sembrar otra vez nabos, sembro trigo. El trigo maduro y el labrador fue a su campo y sego a ras del suelo, y cuando el diablo vino no encontro más que rastrojos y, de la rabia que le dio, se tiro de cabeza por un precipicio. -Asi se engaña a las zorras- dijo el labrador, riéndose. Y se llevo el trigo y el tesoro del diablo. Colaboración de:Jessica Cecilia Flores Avila de 8 años. Teotihuacán. |