Dibujo entre los 3 y los 6 años

Más detalles

Cerca de los tres años aparecen las primeras formas que ya tienen mayor semejanza con objetos o personas. Es en este momento cuando el dibujo puede tener ya una intención clara de comunicar situaciones, personajes y emociones.

Con formas más definidas podemos reconocer lo que sería formalmente el primer dibujo de la figura humana, bueno a decir verdad humanoides pues cuenta solamente con piernas y cabeza, además podemos apreciar en ese mismo dibujo otros objetos de interés para el niño como autobús, coche, casa, etc. Las figuras de cruces también aparecen en esta etapa.

¿Acaso es una persona?

Entre los tres y cuatro años el niño va depurando sus dibujos. La figura humana evoluciona; de un simple humanoide con piernas y cabeza pasa a una figura más completa en la que se han incorporado el cuerpo y los brazos. La cabeza con frecuencia aparece muy grande al igual que los ojos. En los niños más detallistas se incorpora el pelo.
Los primeros cuadrados aparecen en este período.

Formas definidas

A los cinco años la figura humana es ahora perfectamente identificable y presenta la mayoría de los elementos principales: Cabeza, cuerpo y extremidades superiores e inferiores.

En la cara ya pueden definirse los ojos y la boca, no así la nariz y las orejas cuyos elementos suelen tardar un poco más.

También se identifica el cabello y algo muy importante: la diferenciación, es decir que cuando se pintan varias figuras humanas, el niño es capaz de darle a cada una de ellas rasgos diferenciales (más grande, más pequeño, con pelo, sin pelo, alegre, con algún objeto en la mano, etc.). Este detalle es importante dado que es un síntoma de creatividad y de capacidad de observación de su entorno.

¡¡¡ En acción!!!

De los cinco a seis años el dibujo está consolidado de acuerdo a la forma y destreza de cada niño, sin embargo podemos notar que el dibujo va a mantener un elemento común : se convertirá en una forma clara de expresión; a través de esos dibujos el niño mostrará sensaciones y emociones, es decir, su mundo interno.

Durante esta etapa, las figuras humanas y objetos ya estarán interactuando dentro del papel y el niño puede plasmarlas no tan sólo como formas individuales sino formando parte de una escenificación, de una situación concreta.

Fuente: http://www.psicodiagnosis.es