Aunque los niños comienzan a hablar más fluido a partir de los 2 años, eso no quiere decir que nos tengamos que esperar varios años para detectar que algo anda
mal con su lenguaje. - Si conforme pasa el tiempo, distorsiona el lenguaje y es difícil entenderle cuando habla.
- Tiene dificultades para la pronunciación correcta de algunos sonidos.
- Omite determinados fonemas que no sabe pronunciar ("amón" por "jamón", "apato" por "zapato" o "pátano" por "plátano").
- Sustituye unos fonemas por otros que le resultan más fáciles de pronunciar ("tero" por "quiero", "pezo" por "peso").
- Invierte las silabas, especialmente las letras s, z, gl o gn.
- Abusa de los gestos y la mímica para expresarse.
- No cierra bien las frases o no expresa correctamente los conceptos.
- Repite de forma convulsiva una sílaba o varias durante la emisión de una frase.
- Está afónico con demasiada frecuencia.
- Respira con la boca abierta.
- Se registran cambios drásticos en su voz.
Fuentes: www.ellahoy.es www.consumer.es www.guiainfantil.com Autor:Ere Luna. T.C.
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